Unas 2.000 personas han podido disfrutar este verano de las tres piscinas municipales

Imposible encontrar un hueco libre para dejar el coche en el aparcamiento y eso que la zona de estacionamiento delante del Polideportivo 1º de mayo tiene una gran capacidad. Una música animada y el griterio festivo traspasa las vallas que cierran el recinto de las instalaciones deportivas. Varias personas han dejado el coche en los últimos huecos disponibles y aceleran el paso, al ritmo de la música. Van cargados de pasteles o tartas, quizás para un cumpleaños, quizás solo para compartir con la familia y los amigos. Se nota que tienen ganas de volver, que no se quieren perder ni un minuto más de lo que está pasando dentro.

El ruido festivo se incrementa al entrar en la piscina, unos globos de colores adornan la puerta de entrada al parque acuático en el que, por un día, se ha convertido la piscina del 1º de mayo. Dos castillos inflables en la piscinas acumulan colas de la chavalería deseosos de probar, una y otra vez, la experiencia de lanzarse al agua desde más altura de lo habitual. Un puesto reparte sangría a quien desea refrescar la garganta, otros dos quiosquillos reparten palomitas y alguna bebida refrescante.

Frente a los dos quioscos, al otro extremo de la piscina, solo habría que bracear +un ancho para llegar nadando, un cañón lanza espuma y congrega a su alrededor a niños y jóvenes, y también a algunos adultos que, con la excusa de acompañar a los más pequeños aprovechan para darse un baño de espuma. Otros no necesitan excusas y directamente brincan alegremente bajo la espuma.

A 50 metros de los castillos inflables y del Dj que anima musicalmente la fiesta, un señor con peluca de rizos negros, tutú de colorines y un bañador que deja al aire el hombro derecho, se afana, y poco a poco lo va consiguiendo, en atraer a los bañistas hasta el bordillo de la piscina para escenificar bailes al ritmo de las canciones que más han sonado en el verano, en éste y otros del pasado. Muchas familias observan la diversión cobijados en el césped a la sombra de los árboles y alguno, casi los menos, se refrescan en la piscina, dos tercios del vaso se han reservado para esta función, tan habitual durante el verano y casi extraña en este día de la clausura de las piscinas municipales.

Los usuarios de las tres piscinas municipales, alrededor de 2.000 personas han podido disfrutarlas este verano, pudieron ayer divertirse, todos juntos, con la fiesta de clausura en la más grande de todas, la del Primero de mayo. Ambiente festivo y muchas personas en estas instalaciones. Alegría también entre los trabajadores municipales y los de las empresas que han velado por la seguridad y el buen desarrollo de esta temporada de piscinas.

El alcalde, Fernando Zamora, agradeció el trabajo de todos y todas para lograr que el verano haya transcurrido sin incidentes y los vecinos y vecinas hayan podido disfrutar con los baños y las actividades lúdicas que se han organizado en las piscinas para animar a los usuarios.